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Todo muere...

Hoy quiero hablar de la muerte. Destapar el tabú, descorrer la cortina, mostrar, visibilizar. Porque todo muere. Y no todo muere de anciano, ni apaciblemente. En la naturaleza más cruda, lejos de la moral humana e incluso de nuestra comprensión, ocurren muertes a cada instante. Como la de esta dulce y bella gama a la que la época del celo le ha arrebatado esta experiencia terrenal a la que su cuerpo estaba anclado. Y os voy a hablar desde una visión totalmente natural tratando de dejar mis emociones, sentimientos y opinión a un lado.


La naturaleza siempre tiende al equilibrio, a la perfección, a la armonía, aunque sus métodos para lograrlo nos alejan de nuestra serenidad muchas veces. Probablemente ella era joven (a ojos humanos) para morir, ella no tenía ni idea de lo que era vivir o morir, ella estaba conectada a su alma encarnada y vivía según los ritmos de la madre naturaleza. Por sus hematomas en el abdomen y por la fecha en la que hemos hallado su cuerpo, sabemos que un macho en celo decidió arrebatar contra ella. El porqué, seguramente sólo lo sepa él. Probablemente ella no había entrado en celo, probablemente ella aquél día no quería ser cubierta, probablemente ella sólo quería seguir pastando, pero para la naturaleza salvaje una hembra que no puede ser cubierta es una hembra que ya no va a perpetuar la especie y esto, no le hace ningún bien al equilibrio natural de los bosques. Por ello, el macho, dotado de grandes astas debió insistir hasta acabar malhiriéndola. Todos hemos visto imágenes similares en algún documental, bajo el ojo humano es una acción atroz, pero para la naturaleza no es más que un incidente que encadena otro.


Ante mis ojos es doloroso y triste, pero es sólo mi percepción humana, falsa e irreal, que he aprendido a moldear para poder transitar momentos como este. Ella había vivido muchos años encerrada en una jaula y gracias a la labor de la Reserva Wild Forest, pudo ser recuperada y liberada en una gran zona de pastos y bosques dentro de la Reserva y pudo volver a vivir una vida lo más parecida a la que hubiera vivido en libertad. Incluso su muerte, ha sido la más parecida a la que hubiera sido en libertad. Quizá ya era mayor para entrar en celo, quizá simplemente estaba en el momento y lugar "equivocado" cuando el supuesto macho entró en acción. Todo son suposiciones... Yo no estaba ahí. Pero si vi cómo apareció su cuerpo. La encontramos muy escondida entre unos zarzales acurrucada y ya sin vida física. Porque está claro que una parte de ella, sigue su proceso allá donde esté. Todos los animales salvajes, siempre que el cuerpo se lo permite, buscan un lugar tranquilo, oscuro y oculto donde dejarse ir y trascender. Y así hizo ella. Nunca sabremos qué sintió, no sabremos cómo fue, si fue rápido, si fue lento... Pero os puedo asegurar que al no saber lo que es morir, porque ningún animal racionaliza su muerte, cómo hacemos los humanos, no pudo haber espacio para el miedo, seguramente sólo hubo conexión, aceptación y confianza en el proceso natural de transición. Porque todo muere, y no todo muere de anciano, ni apaciblemente.


Si has nacido en esta planeta, has de morir. Y eso a los animales no les hace falta comprenderlo. Porque siempre se entregan a la experiencia y morir en armonía y conexión con la naturaleza es un privilegio que muchos no experimentaremos jamás, sólo por el hecho de haber nacido humanos. Es lo poco que aun les queda a los salvajes que habitan nuestros bosques. Por ello, quiero honrar su muerte. Honrar su vida, la oportunidad que tubo de renacer en el bosque de la Reserva, de relacionarse como lo haría en libertad, de vivir y morir con absoluta ARMONIA NATURAL, a pesar de que a mí me duela.


A ti, pequeña, no voy a citar tu nombre porque naciste sin él y te pertenece no tenerlo, como alma salvaje que trasciende, trota libre hacia la gran manada del otro lado y hazlo con absoluta armonía con las fuerzas naturales que te dieron la vida. Te echaremos de menos aquí. Pero te honraremos siempre. Vuelve a casa.

Y muchos os preguntaréis cómo vivo yo estos incidentes en la reserva y lo cierto es que al tener a los animales en cautividad, al final hay un vallado externo, por más grande que sea el bosque donde viven, con lo cual nunca su vida es como lo sería en la naturaleza salvaje, por ello, nuestra labor también es evitar este tipo de incidentes, aunque no siempre es posible. Por ello, cada otoño separamos a los machos en otro gran hábitat en la época del celo para evitar estos accidentes, ya que en cautividad, esto no tiene el sentido que tiene en la naturaleza real. Pero este año, uno de los ciervos aún no ha podido ser capturado para separarlo, no diré cuál de ellos es, porque eso le convertiría en "el malo" de la historia y aquí, el trabajo es comprender que no hay buenos ni malo.s Nuestra seguridad e integridad, como equipo de la Reserva, también es otra pieza del puzzle, incluso la del macho, por ello llevamos días tratando de reubicarlo en el hábitat de los machos sin ponernos a nosotros ni a él en peligro. La gestión de animales salvajes no es sencilla y es necesario visibilizarla. Es la segunda muerte este año por herida a consecuencia del celo. La otra vida fue la de otro macho, que en una disputa en el hábitat de machos, acabó también malherido, a él si tuvimos que asistirle para que se fuera lo más rápido posible, porque presenciamos su herida antes de que muriera de forma natural y no se podía hacer nada por él. Cosa que con la hembra no llegamos a tiempo.

Para los que os preguntáis porqué no castramos a los machos, la razón es que no se puede castrar un cérvido adulto, porque eso afecta a sus hormonas y acaba deformando sus cuernas, ligadas a la testosterona y creando graves problemas de salud a la larga en los individuos. Por ello, todos los cérvidos machos que rescatamos son vasectomizados para evitar la cría dentro de la reserva, pero esto no evita su carácter sexual. Es importante visibilizar esta parte de nuestro trabajo, no sólo la parte agradable y bonita para que la gente que vive tan alejada de estos procesos comprenda que esto ocurre todos los días fuera de sus cómodas y cálidas casas. Y que siempre que ocurra en la naturaleza, hay que comprenderlo y respetarlo. Porque todo muere y no todo muere de anciano. Y esto, también ocurre en todos los centros que albergan fauna salvaje, aunque la gran mayoría lo ocultan porque el ser humano no está preparado para esto. No quisiera acabar este post con un mal sabor de boca, pues en la Reserva viven más de 150 animales rescatados de situaciones terribles que viven en completa paz y a salvo de nuevo en Wild Forest. Y muchos otros son liberados de nuevo en su hábitat natural tras su recuperación. Un trabajo maravilloso gracias al gran equipo humano que conforma este proyecto.


Podéis conocer más del día a día de la Reserva y seguir aprendiendo sobre animales salvajes en nuestra cuenta de Instagram.


Gracias por leer y ruego respeto ante situaciones así.



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